IDC Research España estima que en 2022 un 40% del gasto principal de informática en el país estará relacionado con el Cloud, un porcentaje que alcanzaría el 80% en 2030. Sin embargo, antes de alcanzar estos impresionantes datos, se prevé que de cara a 2024 el 90% de las grandes compañías adopten tecnologías y herramientas híbridas o multicloud.

Una previsión que pone en valor a los proveedores informáticos que virtualizan las infraestructuras de las empresas de forma escalada. Sin necesidad de una conversión absoluta desde el comienzo. Esto es, una escalada progresiva hacia la nube. En muchas ocasiones respetando la inversión ya realizada en infraestructura local en los centros de trabajo de las corporaciones.

La nube híbrida permite una mayor flexibilidad para satisfacer las necesidades individuales de las aplicaciones y usuarios con una experiencia consistente. Además, favorece el control de costes, la seguridad y el manejo de la información corporativa. Proveedores IT como OnWork posibilitan mayor adaptabilidad y acompañamiento al cliente en su virtualización de la infraestructura física.

 

La clave en los entornos Cloud híbridos

¿Qué entendemos por nube híbrida? Esta describe el uso conjunto de plataformas tanto en la nube como en local (OnPremise). Es decir, la combinación de soluciones de nube que funcionan conjuntamente en entornos locales y externos para proporcionar servicio de informática en la nube para empresas.

Las empresas apuestan por la nube, por la eficiencia y el ahorro que supone. Sin embargo, no todas las nubes son iguales, al igual que cada corporación es un mundo con sus características y particularidades. Es por eso que los entornos Cloud híbridos cobran cada vez más peso en la actualidad. Estos permiten ampliar y expandir las nubes, utilizando uno o varios servicios de Cloud junto con una local. En un entorno informático híbrido, algunas aplicaciones utilizan tanto la OnPremise como la nube.

Esto facilita la escalada hacia la nube de forma paulatina y efectiva, sin necesidad de una migración absoluta desde el comienzo del proceso. No sólo da tranquilidad al cliente, sino que permite analizar y estudiar la situación con más margen de mejora y no perder las grandes inversiones que hayan podido realizar los clientes de forma previa. Con este enfoque híbrido, las aplicaciones y componentes pueden interoperar entre las instancias de nube e incluso entre arquitecturas. Este mismo nivel de distribución y flexibilidad de acceso es también necesario para los datos.

Ejemplo de infraestructura híbrida

El trabajo colaborativo implica directamente a las tecnologías Cloud

El trabajo híbrido, parcialmente en la nube, ya está aquí. Acentuado por la pandemia, se ha vuelto fundamental acceder a los archivos y al escritorio virtual desde distintos dispositivos, sin tener que preocuparse por la seguridad de la información de la empresa. Liberar el almacenamiento de los equipos a través de la nube es óptimo: ahorra costes y permite ampliar o reducir servicios sin tener que modificar una infraestructura física.

Los empleados y usuarios de todo tipo de organizaciones y centros educativos han dependido de la nube – y siguen dependiendo – para mantenerse conectados, aprender y hacer su trabajo. Esta dinámica híbrida en lo laboral requiere de herramientas que favorezcan el trabajo en equipo e incrementen la productividad y eficiencia de sus usuarios. Por lo que no se puede ignorar la inversión en soluciones de infraestructura basadas en la nube que sean escalables, fiables y rentables.

 

Las posibilidades de la nube híbrida

Son muchos los beneficios de iniciar un proceso de migración informática hacia la nube y la infraestructura híbrida. A continuación, mencionamos algunos de los beneficios más importantes:

  • Pasar a la nube de forma gradual, al ritmo que quieras. La nube híbrida permite poner archivos y aplicaciones de trabajo en una nube o en un entorno local a pequeña escala. Comprobar qué funciona en tu empresa y seguir ampliando tu presencia en la nube conforme lo vayas necesitando es uno de los beneficios de optar por una infraestructura híbrida.
  • Cambio frecuente de cargas de trabajo y separación de cargas de trabajo críticas respecto a menos sensibles. La escalabilidad de la nube y su flexibilidad permiten utilizar una nube que se escale fácilmente para las cargas de trabajo dinámicas de la empresa que cambien frecuentemente. También facilita la diferenciación y separación de estas cargas en función de su sensibilidad e importancia: es posible almacenar información confidencial de clientes en local y utilizar el Cloud para ejecutar el resto de aplicaciones de la empresa.
  • Procesamiento de datos corporativos selectivo. Con la nube híbrida puedes ejecutar parte de los análisis de Big Data con recursos de nube pública altamente escalables y a la vez ejecutarlos en local para garantizar la seguridad de los datos detrás del firewall.
  • Procesamiento temporal de datos según necesidad. La flexibilidad de la nube híbrida hace posible asignar recursos de nube pública a proyectos de corto plazo, a menor coste que con una infraestructura informática local. De ese modo, no es necesario invertir más de lo necesario en un equipo que sólo va a ser utilizado de forma temporal.
  • Flexibilidad y adaptabilidad a los cambios y hacia el futuro. En muchas ocasiones no es posible planificar las necesidades futuras, puesto que cambian con frecuencia. En cuanto a la infraestructura informática, las necesidades de hoy pueden cambiar completamente mañana. Un enfoque de nube híbrida permite que los requisitos reales de gestión de datos con los recursos Cloud y/o OnPremise.

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