Cuando hasta los grandes también pueden caer: la caída global de Amazon Web Services
El lunes 20 de octubre de 2025 se produjo un episodio que conviene analizar con detenimiento en el mundo de la tecnología y los negocios. La unidad de servicios en la nube de Amazon.com, Inc., Amazon Web Services (AWS), experimentó una interrupción global que afectó a numerosos servicios, aplicaciones y plataformas en todo el mundo.
Lo interesante de este suceso no es tanto el “quién” se vio afectado (que también), sino el “qué” aquello revela sobre la infraestructura digital global —y en especial sobre la nube— y por qué incluso los gigantes tecnológicos no están exentos de fallo.
¿Qué ocurrió exactamente?
Aquí un resumen informativo de los hechos:
- AWS informó de “aumentadas tasas de error y latencias” en múltiples de sus servicios en la región US EAST-1 (Virginia, EE.UU.). The Guardian+2Financial Times+2
- El impacto fue global: entre los servicios afectados se mencionan plataformas populares como Snapchat, Fortnite, Signal, así como servicios financieros (por ejemplo Coinbase), telecomunicaciones y hasta organismos gubernamentales en el Reino Unido. Reuters+1
- La interrupción comenzó alrededor de las 8:00 a.m. hora del Reino Unido (BST) y las primeras señalas de recuperación comenzaron poco después. AWS indicó que los servicios habían sido “mitigados” o que estaban “en proceso de restablecimiento completo”. The Guardian+1
- Aún no se ha divulgado un informe completo de causa raíz (o al menos públicamente accesible) que detalle todos los factores involucrados en este fallo específico.
¿Por qué es relevante para todo el mundo?
La nube ya es pieza clave
Hoy día, gran parte de la actividad digital —desde el entretenimiento hasta la banca, desde los servicios públicos hasta las “apps” de consumo— depende directa o indirectamente de plataformas de “cloud computing”. AWS es uno de los proveedores líderes mundiales de esta infraestructura.
Que falle AWS, significa que fallan también muchos de los servicios que damos por “siempre disponibles”.
“Los gigantes” no son invulnerables
Este episodio subraya que incluso empresas con altísima escala, redundancia y recursos masivos pueden sufrir interrupciones. Esa “inmunidad” ante fallos no existe.
Para quienes confían sus sistemas, datos o servicios a un solo proveedor, es un recordatorio potente de que los riesgos existen.
Riesgo de “efecto dominó”
Cuando una infraestructura base —la nube, un centro de datos, una red crítica— tiene un problema, ese efecto puede propagarse a múltiples capas: aplicaciones, usuarios finales, servicios dependientes, etc.
Por ejemplo, al fallar AWS en una región clave, se vieron afectados servicios de distinta índole y países distintos.
¿Y ahora? ¿Qué lecciones podemos extraer?
- Monitorización permanente: Tener visibilidad de cuándo servicios críticos (propios o de terceros) están degradados.
- Plan de contingencia: No depender 100 % de un solo proveedor o de una única región/zona; prever caminos alternativos.
- Cuando falla, comunicar: La transparencia en estos casos es clave para la confianza del usuario y cliente.
- La nube como “infraestructura crítica”: Simplemente porque muchas cosas ya “están ahí”, se convierte en una parte esencial del tejido digital. Cuando se interrumpe, el impacto se siente rápidamente.
- Refuerzo del diálogo con los proveedores: Saber qué acuerdos, qué garantías, qué soporte se tiene ante fallos extensos.
En resumen
La caída de AWS no es un motivo para desconfiar de la nube, sino un recordatorio de que depender de ella exige estrategia, diseño y previsión. La nube es esencial, pero la resiliencia sigue siendo responsabilidad de cada organización.
En OnWork IT & Cloud trabajamos precisamente con ese enfoque: ayudar a las empresas a disfrutar de las ventajas del cloud con la tranquilidad de saber que, si algo falla, todo sigue funcionando. Porque en tecnología —como en la vida— no se trata de evitar los problemas, sino de estar preparados para superarlos.